Casi todos estamos volcados en rendir tributo a lo que nos dejó huella a lo largo de nuestra vida. Una película, una novela, nuestro primer viaje en avión, el primer amor… tantas cosas que nuestra memoria, más amplia que la de nuestro smartphone guarda en imágenes.
El automóvil ha sido, es y seguirá siendo nuestra herramienta de libertad individual y también de reto.
El automovilismo es un desafío en el que se coaligan hombre y máquina desde que el coche sustituyó al caballo en la competición. Hoy, marcas como Bentley recuperan la esencia que ha hecho de su sello un sueño.
Desarrollado originalmente por el piloto británico Tim Birkin, el Bentley Blower hizo su debut en las 24 Horas de Le Mans de 1930 como un inscrito a título privado.
Noventa años después, Bentley está fabricando una serie de limitada de este Blower.
Van a ser producidos estrictamente hechos a mano a partir de los planos, herramientas y plantillas originales, junto con el escaneo mediante láser de cada pieza del automóvil original.
Más de 1.846 piezas están hechas a mano, y algunas, como las ballestas de las suspensiones o los faros están hechos por pequeñas empresas británicas artesanas proveedoras de fabricantes también artesanales que se dedican a la restauración de coches clásicos.
Después de más de 40.000 horas de mano de obra, el primer prototipo de este mítico Bentley se ha completado y está listo para servir como banco de pruebas para las doce unidades destinadas a un selecto grupo de clientes.
Su precio, no declarado aún, estará por encima del millón de euros. Ya se habla de la reedición de otros modelos históricos, a crear por la división Mulliner Classic de Bentley.
